martes, 15 de octubre de 2013

Egipto enseña bíceps; Obama se destiñe.


La vorágine en Egipto es ya imparable; decenas de canales de televisión pasando imágenes de miles y miles de peregrinos en estado de Ihram llegando al monte Arafat en Makka, cientos de niños alegres vistiendo ya las ropas que sus familiares les han comprado por Eid, animales macho pastando en un habitat no natural esperando a que el matarife, ocupado ahora en afilar sus cuchillos, les degüelle en unas horas, fuegos artificiales que anuncian la fiesta... Pero el alboroto también deja su espacio a los islamistas, a sus voceros y a sus acciones -como contratar a unos cuantos matones ahlawy para acojonar al personal que ayer transitaba por el aeropuerto Internacional de Cairo- que se preveen puedan suceder también hoy, día grande para los musulmanes.

Aquí hay ambiente de fiesta pero la vida continúa y las estrategias de unos y de otros se siguen descubriendo, así como las inmediatas reacciones. Estados Unidos no habla y Egipto no puede decir pero extraña - o no tanto- un movimiento de 4000 efectivos del ejército a lo largo del Canal de Suez; la razón es la protección del mismo bajo amenza de ciertos países. 

USS Harry S. Truman pasando bajo el
puente al Salam cercano a Ismailia.
Desde que fuera Morsi depuesto el pasado 3 de julio han sido varios los desencuentros entre EE.UU. y Egipto. La primera reacción de la administración Obama fue la congelación de la entrega a Egipto de 4 cazas F-16 que estaban comprometidos; la reacción de las autoridades egipcias fue permitir el paso por el Canal de Suez, durante sus movimientos militares provocados por la situación Syria el agosto pasado, del portaaviones Harry S. Truman pero no del grupo de combate completo dejándose los estadunidenses en el Mediterráneo dos fragatas y dos destructores.

Dando un paso más EE.UU., además de no hacer efectiva de los aviones de combate acordados, tampoco ha hecho entrega de los helicópteros Apache, ni de los carros de combate M1 Abrams, ni de los misiles antibuque Harpoon que estaban en el contrato. Sin ser esto suficiente también han congelado la entrega de 260 millones de dólares en cash. Desde Washington dicen que esta medida no es definitiva pero que los acuerdos entre ambos países estarán contínuamente bajo revisión. EE.UU. prohibe oficialmente cualquier ayuda a un país cuyo gobierno electo es derrocado en un golpe militar; hoy aún con lo evidente que fue la manifestación del 30-J y la posterior reacción que tuvieron los seguidores islamistas -animados, amparados, armados y financiados por los Hermanos Musulmanes- el hawaiano se destiñe angustiado dentro de sus fronteras y derrotado diplomáticamente fuera de ellas, dudando si hubo Golpe de Estado en Egipto o no lo hubo y aún hoy, cuatro meses después de aquello, está buscando la retórica para explicarse sin tener que romper la firma de los acuerdos egipcio-israelíes de Camp David.

Para embarrar un poco más el asunto Amnistía Internacional envía una carta a Obama pidiendo la congelación de toda ayuda económica y armamentística a Egipto porque " las fuerzas de seguridad egipcias probablemente las usarán para violar los derechos humanos" (AI se basa en las declaraciones de beduinos del Sinaí que afirman haber visto cómo el ejército egipcio ha usado helicópteros Apache para destruir túneles en la franja de Gaza y que también fueron usados en la represión efectuada tanto en la frontera israelí como en el interior de la península, sin mencionar nada más). Curioso es que Amnistía Internacional pida que EE.UU. aplique esta sanción a Egipto viendo el resultado de las campañas estadounidenses en Iraq, Afganistán, Libya o Syria o como actuó y sigue actuando -en defensa de los derechos humanos- en cárceles como Abu Ghraib, Bagram o Guantánamo.

Que a día de hoy EE.UU. no haya mostrado ningún apoyo al actual gobierno interino (más allá de los tópicos habituales), que siga dudando si el derrocamiento de Morsi fue o no un Golpe de Estado y que haya parcialmente cancelado la ayuda que por contrato debía haber hecho efectiva está provocando que las élites políticas egipcias griten el acuerdo que tenían Obama y los Hermanos Musulmanes al mismo tiempo que declaran "Nosotros no necesitamos esta ayuda, lo que realmente necesitamos es mayor independencia nacional", como ha manifestado Mahmoud Afifi. Mientras la élite militar de momento calla pero, demostrando músculo, se despliega a lo largo del Canal de Suez dejando claro, para el que aún no lo tenga, que la titularidad del mismo es egipcia. 





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