martes, 12 de noviembre de 2013

Idiotizados o directamente idiotas?.

Coincidiendo con la Ashura algunos elementos se enzarzan en absurdas discusiones sobre quién es más puro y representativo en el Islam: si los sunníes por ser mayoría o si los shiíes porque los sunníes son una escisión de ellos. Para los sunníes la Ashura no es más que un día de ayuno obligatorio siendo el anterior o el posterior también recomendable porque así es como lo hacía Muhammad. Para los shiíes es un recuerdo al asesinato del Imam Husayn, nieto de Muhammad, junto a 72 seguidores en la batalla de Kerbala en 680.

Al mismo tiempo que aparecen las irritantes imágenes del rito shií de personas fustigándose hasta sangrar los sunníes se fortalecen diciendo que eso no es Islam, que ningún escrito recoge la autolesión sino todo lo contrario; la penalizan, que los shiíes son unos desviados o una secta que dicen ser musulmanes pero que no lo son. Tal vez los que así opinen, a los sunníes me refiero, no se están dando cuenta que están en el punto -o en el camino- que otros quieren y por el que han destinado, y están destinando, mucho dinero y esfuerzos.

Hay muchas maneras de idiotizar a la población pero la más efectiva es el medio audiovisual. En España, por ejemplo, no hay nada mejor que Sávame para hacer crecer como hongos a ridículos freaks mientras la audiencia se los come durante horas y comentan las ocurrencias al día siguiente -eso si no se lo están contando al vecino o al amigo por teléfono al mismo tiempo. En el caso musulmán los ricos y poderosos países del Golfo capitalizan la parabólica y entre los canales hay incontables dedicados permanentemente al Islam; predicadores moderados y predicadores radicales -que son los que más audiencia tienen- al servicio de una causa: la oración, la divulgación y, al mismo tiempo que inyectan una dosis diaria de intolerancia, la radicalización.

El mayor consumo de este tipo de "entretenimiento" lo hace, generalmente, la población de menos recursos y de menos estudios; los que la vida no les ha dado prácticamente nada y poco tienen más que la religión para agarrarse a algo. Son el caladero y el batallón de mártires que los poderosos puede que necesiten llegado el momento.

Ahora se sigue viendo, día tras día, que la Guerra Civil de Syria es un intento de dominación de Saudi Arabia sobre toda la región. Se sigue viendo que Saudi Arabia, aliándose con Israel gracias a Bandar, lo que quiere es someter a Iran y, como fichas de dominó cayendo, a todos los países de profesión shií. Y ahora se sabe que Saudi Arabia tiene planes de conseguir la bomba atómica con ayuda francesa y de poderosos lobbies norteamericanos. Saudi Arabia sabe que, armándose nuclearmente y con las bolsas de petróleo que posee, tendrá la supremacía regional y como primer suministrador de petróleo mundial sabe que en el futuro estaría en condiciones de mirar de otro modo a Israel, principal enemigo reconocido, a pesar de EE.UU. -que le tocaría más adelante. Una futura Saudi Arabia nuclear luchando actualmente con todos sus medios para que Iran no lo sea aunque tenga que implicar a toda la Comunidad Internacional con EE.UU., Israel y Europa a la cabeza.

Lo que sí ya han conseguido los saudíes es que Libya se haya desangrado, que Syria se desangre, que las grandes familias egipcias vuelvan a ser quienes fueron, que las trifulcas entre sunníes y shiíes en Iraq no cesen y, gracias a su propaganda audiovisual, contar con el apoyo de la gran mayoría de organizaciones terroristas islamistas desde Marruecos hasta Afganistan, se llamen como se llamen, que son las que garantizan el verdadero Islam sunní y que aseguran que lo mejor de esta vida empieza siempre con Bismillah. Que se lo pregunten a los familiares de los ejecutados o decapitados en Syria.

Soy musulmán sunní, sí, pero el tener ojos para leer, oídos para escuchar y cerebro para comprender me hace estar a años luz de estos que dicen que no hay otro camino más que el Qur'an y la Sunnah; entretenidos en la religión y que no pensarán, no discutirán y no juzgarán lo que se está comentiendo en nombre de la religión porque no tienen tiempo de desviarse. Una legión de tragapalabras que no son capaces de asumir lo que realmente son: idiotas que estudian y temen mucho y aman poco, o muy poco.




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