miércoles, 4 de septiembre de 2013

Disueltos e ilegalizados.

El credo de los Hermanos Musulmanes es el siguiente:
- Allah es nuestro objetivo.
- El Qur'an es nuestra ley.
- El profeta Muhammad es nuestro líder.
- La jihad es nuestro camino.
- Morir en el camino de Allah es la mayor de nuestras aspiraciones.

Con estas cinco frases llegaron democráticamente a un poder regalado por la Junta Militar del Mariscal Mohamed Hussein Tantawi y con estas cinco frases, un año después de haber puesto a Egipto sobre el precipicio, tuvieron que salir del poder democráticamente por causa de la presión popular.

Hoy los Hermanos Musulmanes tienen ante sí la posibilidad de volver a ser disueltos (como ya ocurriera con Gamal Abdel Nasser en la presidencia egipcia después del intento de asesinato en Alexandria en el que un miembro se acercó a él y vació todo el tambor del revólver con la mala fortuna para el tirador de no acertar en ningún intento). En marzo pasado los Hermanos Musulmanes cumplieron con su obligación de registrarse y lo hicieron en el Ministerio de Seguridad Social como Organización No Gubernamental. La Ley egipcia prohibe a la instituciones u organizaciones no gubernamentales la formación de grupos paramilitares.

Mohamed Badie, Khairat el-Shater y Rashad Bayoumi, por citar unos ejemplos, han sido detenidos y serán juzgados por alentar e incitar el asesinato de sus detractores. Simplemente con este motivo, y aunque la recomendación del comité jurídico que asesora al gobierno interino no es vinculante, es suficiente para ordenar la disolución de la hermandad.

Pero por todo el mundo es sabido que la ONG Hermanos Musulmanes controla al Partido Libertad y Justicia. Ellos lo crearon para presentar sus candidatos a las elecciones presidenciales; primero al dirigente de la hermandad Khairat el-Shater y posteriormente, ante la imposibilidad legal de presentarle, a Mohamed Morsi. Si, finalmente, el gobierno interino egipcio decide la disolución de los Hermanos Musulmanes sería necesaria la ilegalización del Partido Libertad y Justicia por ser el ejecutor de las órdenes dadas desde la hermandad. Incluso por higiene democrática sería conveniente ilegalizarlo; no para evitar que el Islam político pueda tener su candidatura sino para que aquellos que estén libres de crímenes o delitos puedan presentarla sin tener que estar asociados a tan nefasta organización política y cargar con sus siglas en las elecciones democráticas que se presúmen para 2014.

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