viernes, 13 de septiembre de 2013

Seres humanos, bestias pardas.

Que haya sido en Qala i Naw a pocos kilómetros de las tropas españolas en Afganistan, como ha subrayado la prensa, es una mera anécdota; podría haber pasado en cualquier otro retrógrado país musulmán.

Aunque sucedió en abril nos hemos enterado ahora pero el hecho en sí no es un problema de fechas sino de lugares y de seres humanos. Los mulás, después de soltar su perorata y citando al Qur'an y a la ley islámica, dictan sentencia de muerte a una mujer, Halima, por haber pasado dos días fuera de su casa con un hombre que no es su marido.

Y, en verdad, el Islam, y su libro sagrado, ampara tal castigo a la mujer que delinque de esa manera. No sabemos porqué se fue con ese hombre; igual estaba pacientemente esperando a su marido que estaba fuera del país y fue raptada en su casa y obligada a hacerlo, tal vez fue violada después, tal vez lo hizo voluntariamente. Cómo fue ya no lo sabremos.

Mezclando religión con tribales cuestiones de honor, que es lo que se destila entre esos cuidadores de cabras y cultivadores de opio, el que debería hacer justicia a la mujer ha de ser un hombre, su propio padre; unos tiros contra su hija y con coro de fondo: Allahu Akbar. Asunto resuelto. Pero cómo coño un padre puede matar a su hija?. Aberrante es poco... Lo peor de todo es que pesará más sobre su conciencia limpiar el honor, su nombre, su apellido y su posición en la tribu que el hecho de matar a su propia hija; así anda la evolución por aquellos lares (si Charles Darwin viviera allí tendría faena). Salvo algún llanto de alguna mujer presente, tal vez madre o hermana de Halima, entre los varones todo parece ser júbilo; han hecho el bien, lo que correspondía. Seres humanos, bestias pardas. Tendría el mismo castigo si un hombre se fuera voluntariamente (este sí) con otra mujer y volviera al cabo de los días? Ya sé; estaréis pensando: "Kiriki, estás tonto o qué?, tú que estás allí, en Egipto, sabes que no solo no pasaría nada sino que es tan normal como comer judías de buena mañana".

Pero, entonces, dónde he oído yo lo bien que se trata a las mujeres en el islam?. Porque citándolo la ejecutaron!!. Vamos a ver ejemplos, partiendo de la base que el hombre y la mujer son iguales ante Allah.

- Los testimonios de dos mujeres equivalen a uno de un hombre.
- En el reparto de una herencia a la mujer le corresponde la mitad que lo que le corresponde al hombre de igual estatus.
- La mujer musulmana no podrá jamás renegar de su religión, abandonarla o cambiarla bajo ninguna circunstancia; de hacerlo puede (debe) ser ejecutada.
- La castidad femenina está altamente valorada así como su comportamiento acorde. En caso de ser acusada de lo contrario se preveen severos castigos y en algunas sociedades ni siquiera la señalada tiene la oportunidad de defenderse (este es el caso que hoy nos ocupa).
- Es derecho del hombre usar el cuerpo de sus mujeres como una posesión, pudiendo hacerlo cómo y cuándo desee sin que el consentimiento de la mujer sea explícito.
- El matrimonio por placer está totalmente legalizado y recogido en la Sharia siempre y cuando el hombre abone una cantidad de dinero a la mujer o, en su defecto, a la familia de ésta por su acuerdo matrimonial (en mi pueblo esto sería legalizar la prostitución).
- Es derecho del hombre golpear a su mujer si percibe un comportamiento desleal de su esposa para con él.

Al mismo tiempo que esto es así no es difícil encontrar guías de introducción al Islam que si las lees automáticamente piensas: "qué estaba haciendo yo todos estos años que teniendo esto delante no he sido capaz de verlo"?. A continuación transcribo, literalemente, el punto "La familia en el Islam":
"La familia, que es la unidad básica de la civilización, se está desintegrando hoy en día. El sistema familiar islámico le da a los derechos del marido, la esposa, los hijos y los parientes un equilibrio perfecto. Fomenta el comportamiento no egoísta, la generosidad y el amor en el marco de un bien organizado sistema familiar. La paz y la seguridad que ofrece una unidad familiar estable es altamente apreciada, y es considerada como esencial para el crecimiento espiritual de sus miembros. Un armonioso orden social se crea con la existencia de familias con una relación duradera, y la valorización de los hijos".

Ahí queda eso. Y está escrito.

elmundo.es

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